20091206

¿Quién es?

Me acerco a la habitación de nuevo, en la puerta está Marta hablando con alguien, no sé quien es. Me acerco y sin decirle nada entro en la habitación de Gorka de nuevo. Observo que al cerrar la puerta Marta me ha mirado con cierto asombro, en realidad, pienso que es algo mas inquisitivo. Cierro la puerta despacio y me quedo de pie, mirando el cuerpo interte de Gorka.
Pienso en lo que me ha dicho el jefe de redacción, las armas, las matrículas. Nada de eso encaja en lo que pienso que es Gorka. No es que importe mucho para él, al borde de la muerte, pero sí para mí. Muy despacio, doy un primer paso hacia su cama.
Se oye el pitido continuo del aparato que monitorea su corazón...doy otro paso, y me detengo, de repente me paro y me pregunto...¿quien es?

20091130

La llamada

Entonces suena mi móvil, es de nuevo el jefe de redacción. Me dice que tiene mas datos de Gorka...y que ahora cree que si podríamos hacer una historia. Al parecer había varias armas en el maletero del coche, y varias matriculas troqueladas. La llamada me deja perplejo, Marta esta cerca, parece que pudiera oír los comentarios jocosos de mi jefe -tu amigo parecía que no estaba tan loco- intento tapar el auricular, y con la mirada Marta me detiene. No porque ella haya escuchado, pero me siento algo estúpido. Le doy una respuesta automática al Jefe, le digo que estoy en ello, que ya hablamos más tarde, que me pase los datos de la polícia por el teléfono. Cuando me giro de nuevo, veo que Marta se ha marchado de la sala.

20080807

Marta y su hermano

Marta regresa del mostrador...sigue nerviosa. Se me acerca y me mira a los ojos. Apenas acierto a mirarla. Pero ella aguanta muy bien y me espeta un brusco -¿Que estúpido no?. Parpadeo ligeramente y creo que eso la molesta. -Esta vez la ha jodido bien jodido, de esta no sale, este hijo de puta-. Pero justo cuando acaba esa frase casi siento que se arrepiente, se mueve de nuevo hacia la salita. Se sienta y sacar un cigarro rubio. Lo enciende rápido sin esperar a que yo, torpe, le ofrezca mi mechero. Sonríe ligeramente pero es casi una mueca que desaparece rápida. Su pelo mojado tapa parte de la cara...me mira otra vez.
-¿Cuanto rato llevas aquí?. Estoy a punto de contestarle pero ella me interrumpe de nuevo. -¿para qué pierdes tu tiempo con él?
Sabes que nunca ha sido agradecido de nada, nunca te ha dado las gracias por todo lo que hiciste...y hiciste mucho.
Quiero decirle que si, que tiene razón, que Gorka siempre se portó como un cerdo en ese aspecto...que ahora que lo pienso no sé porque estoy allí. Pero ella es mi respuesta, estoy aqui por ella, por su madre, por las víctimas de Gorka, porque son como yo.

20080504

Primera visita

Llega azorada, es alta, morena y muy guapa...no puedo evitar levantarme de un brinco del sofá. Ha llegado Marta, la hermana de Gorka. Lleva una gabardina blanca de marca...algunas gotas resbalan por el tejido impermeable y gotean en el suelo.
Tiene el pelo largo, rizado...y húmedo. Su sonrisa es blanca...trae algunas ojeras.
Me acerco rápido a ella.
-¿Cómo está?- me pregunta con aprensión.
La miro pero no sé contestarle, de repente se me ha hecho un nudo estúpido en la garganta que me impide emitir sonido alguno.
Me mira con unos ojos cristalinos, aprecio otra gota de agua resbalando por su frente, hasta la nariz, y de allí se une a otras mas salinas de los ojos. Se vuelve como buscando a un médico o alguien que sepa contestarle. La sujeto por el brazo, me he repuesto.
-Mal...muy mal- digo. Es una respuesta brutal...ella se vuelve casi ofendida, y sigue su camino hasta el mostrador de la enfermera.
Les oigo hablar, bajo...me siento. Pienso que como siempre, mis encuentros con Marta son absurdos, estúpidos y me dejan con un enorme agujero en el estomágo que solo algunas cervezas de más podran rellenar.

20080418

Lluvia

La lluvia lo empapa todo. Pamplona esta txirriada y oscura.
Surcos de gotas enfurecidas recorren los amplios cristales del Hospital de Navarra.
No hay novedad alguna en el estado de Gorka, y pienso que si la hubiera tampoco me lo hubieran dicho.
Hay cierto mutismo alrededor de este caso. He llamado al jefe de sección del periódico para contarle donde estaba. Le he hablado de la implicación personal en este caso.
Pero el ha sido tajante -¿qué caso?. Mi primera reacción ha sido colgarle, pero me he contenido.
Le he comentado lo del enfrentamiento con la Policía Foral, quién era Gorka.
Pero me ha dicho que no le llega ni para un breve...
Ni siquiera eso Gorka...ni un miserable breve en la esquina de la información local de un periódico de provincias.
Me siento...estoy algo confuso, por un lado me parece que no es justo, Gorka a pesar de quien es, se merece algo más. También creo que si un tipo se lanza como un kamikaze contra una patrulla de la Policía Foral debería ser noticia, aunque sea en la sección casi habitual para la kale borroka. Pero parece que estamos en un perfil bajo para no darles mas protagonismo a estos cafres.
Me siento y fumo otro cigarro...quiero irme, pero algo me lo impide...fuera sigue lloviendo.

20070702

Caida de Abel

La madre escuchó el grito del niño desde su habitación, también varios sonidos sordos, un llanto seco y después el silencio.
Corrió y vió a Jon tirado en mitad de la escalera. Ya no lloraba. Gorka estaba en lo alto mirando todo con ojos asustados...Amagoia corrió y se acerco al niño.
No se movía, y tenía los ojos cerrados, lo sacudió levemente y entonces el niño despertó. Al ver el rostro de su madre, desencajado, se asustó y comenzó a llorar.
Cinco puntos en su frente, dos horas nerviosas de su madre en el hospital y el mutismo absoluto de Gorka durante toda la noche fue el punto final a un episodio que mi amigo, ahora en la cama del hospital y en coma, nunca me contó.

20070626

El triciclo

La familia de Gorka era la clásica familia de industriales vascos enriquecidos durante el franquismo. Favorecidos por los tecnócratas en Madrid, engordaron sus beneficios de tal manera que pronto se les hizo pequeño Bilbao. La familia además creció, despues de Marta, y Gorka, nació Jon, el hijo mas pequeño de la familia. Gorka y Jon siempre mantuvieron una relación muy intensa, mucho mas intensa de lo que me imaginé.
De hecho Gorka siempre dijo que tenían un pacto de sangre desde que eran pequeños.
En realidad yo jamás lo hubiera llamado pacto, aunque si hubo sangre.
Segun me contó Marta, cuando Gorka tenía 8 años, y Jon 5, los celos del hijo mayor se convirtieron en algo mas que la clásica pelusilla.
Cuando aun vivían en Bilbao, en un dúplex, ocurrió un día que Jon estaba con su triciclo en el segundo piso, al niño le gustaba mucho recorrer todas las habitaciones montado en él.
Aquel día, Gorka, decidió tentar al destino con un poco de su ayuda. Primero abrió la barrera de plástico que cortaba el acceso a las escaleras...
Gorka había estado odiando a su hermano desde que nació, quizás era el complejo de Príncipe destronado, aunque Gorka mas que Príncipe había sido Rey.
Sus padres, un maduro alavés de 45 años y una donostiarra de 35 habían tardado lo suyo en tener hijos. Cuando llegó Marta, fue una alegría, pero la llegada de Gorka, el varón, fué el mayor acontecimiento de la familia Echevarría en la última década.
Por eso, todo fue poco para Gorka, acostumbrado siempre a ser la máxima atención.
El nacimiento, 3 años despues de Jon, supuso un enorme mazazo para el niño consentido, por eso, aquel día, quizás vió la oportunidad que estaba esperando.
Jon dió el último giro en la habitación de su hermano y salió de nuevo al pasillo. Una barandilla le separaba de una caída de unos cuatro metros. Al ver la puerta de la escalera abierta le sorprendió, se acercó lentamente con el triciclo hasta el mismo borde, pero quizás percibiendo el peligro decidió retroceder, sin embargo algo bloqueaba la rueda.
Cuando se giró, vió el rostro serio de su hermano, intentó de nuevo pedalear hacia atrás, pero no pudo, quiso girar el manillar apartandolo del borde, pero el triclico seguía moviendose hacia adelante, acercándose a las escaleras cada vez más...

20070625

Principe Destronado

Yo estaba estudiando periodismo en la Universidad de Navarra, del Opus Dei. Mi facultad parecía mas de Derecho que de Periodismo. Las niñas pijas de Pamplona acudían a clase como a una fiesta de largo. Con sus carpetas pegadas protectivamente a sus pechos y en clase, con las manos preparadas para ser alzadas a cualquier pregunta del profesor. Profesor que hablaba a traves de un micrófono en un aula gigantesca, repleta tambien de hijos acaudalados de diplomáticos latinos, empresarios y algún que otro periodista de renombre.
Gorka ni trabajaba ni estudiaba, había dejado COU, o mejor dicho, lo habían echado del instituto con 17 años por su mal comportamiento. Broncas continuas con sus profesores, una amenaza de bomba falsa, y escupir en la cara de la tutora de estudios, habia sido su pasaporte.
Durante todo este tiempo, su madre uso todas las influencias posibles para evitar lo inevitable, pero ni siquiera el apellido de su influyente marido, el empresario Echevarría, pudo conseguir que el Colegio le perdonara. Y el resto, públicos o privados, conocían el caso lo suficiente como para aceptar su matrícula.
La historia de violencia de Gorka no estaba atada solo a su activismo politíco, por sí, mas que dudable, sino desde su infancia.
El nunca me lo contó, pero su hermana un día me confesó que Gorka había sido así desde que nació su hermano pequeño. Algo pasó entonces que seguramente hizo que Gorka acabara aquí, en esta fría habitación del Hospital de Navarra...

20070618

Pamplona 1985

Conocí a Gorka en 1985. Fue durante los San Fermines de ese año. Yo estaba borracho como una cuba meando dentro de una cabina telefónica.
Apareció un agente municipal y sin mediar palabra empujó la puerta hacia dentro con fuerza.
Me golpeé la cabeza con la caja del teléfono, despues la abrió violentamente y con su porra comenzo a golpearme en la cabeza. No me enteraba de casi nada, pero si me dí cuenta de que lo que recorria mi rostro estaba caliente y no era salado y manchaba de rojo mi camisa blanca.
Intenté reaccionar, alzar el rostro y ver al agresor, pero no pude.
Un chaval enorme se habia abalanzado contra él y le estaba destrozando la cara.
Me levanté aturdido sin comprender bien la situación, intente separarlos. El chaval me empujó sin contemplaciones, mientra seguía pateando al policía.
Temí por su vida, me abalancé de nuevo para separlos.
Entre el aurdimiento y mi debilidad, apenas entendía bien lo que estaba pasando, cuando me puse en medio de los dos, recibí otro golpe. Pero éste no era de Gorka, sino del resto de la patrulla municipal.
Nos llevaron a la carcel y alli es donde nos conocimos.

20070615

Espera

Intentaba perdonarle tantas cosas...porque su vida había sido un cúmulo de errores, desde su nacimiento, en una familia acomodada de Neguri, el barrio mas rico de Bilbao, hasta su lucha, en el bando de los asesinos. De algunos, el no tenía culpa, de otros sí. Sin duda la muerte era un error mas, el último.
Intenté como periodista entresacar algo al Foral de la entrada, de cómo se había producido el accidente, pero estaba muy bien entrenado y a la primera pregunta me miró como quien mira al listo de turno. El contacto me habia dicho que Gorka se había lanzado contra una patrulla de los Forales, pero me pareció muy de película y no lo creí del todo.
Me sente en la salita de espera, y fumé un cigarro.
Pense en Gorka...y en como lo había conocido

20070613

Febrero de 1990

Fuí a verlo al hospital, me habian llamado por teléfono a la redacción del periódico.
Fue una llamada rápida- Oye, ese amigo tuyo, Gorka, ha tenido un accidente con la policía...creo que esta mal. Lo han llevado a urgencias del Hospital de Navarra...mejor que vayas a verlo porque no sé si le queda mucho-
El confidente, sin mucho tacto, me ponía sobre aviso. Me esperaba lo peor, y con lo peor me encontré.
Gorka estaba muy grave, tenía media cabeza abierta con pérdida de masa encefálica. Le habían operado de urgencia y había sobrevivido las tres horas de la operación. En la entrada de la UVI estaban un par de agentes de la Policía Foral.
Me preguntaron quién era yo. Les dije que era periodista, no les hablé de mi amistad con el paciente.
Me avisaron que nadie podria entrar sin el permiso judicial y médico.
Pero justo cuando estaban hablando, entró el médico y la enfermera. La puerta se abrió por unos segundos y en el fondo, en una enorme cama, ví como descansaba el cuerpo roto de Gorka.
Un cuerpo conectado a un respirador y decenas de cables... El Foral me puso la mano en el pecho y me empujó con suavidad pero con fuerza hacia afuera...la puerta se cerró.
Me quedó esa imagen, su cuerpo inerme, desnudo, envuelto en tubos que alargaban su vida inútilmente, porque iba a morir.
Gorka con su marca en la frente, en su enorme cabeza...
Llamé a Amagoia, su madre. No la encontré, pero le dejé un mensaje en el contestador.
Mientras me fumaba un cigarro en la sala de espera me preguntaba como había llegado hasta allí.
No es que me extrañara de que Gorka hubiera acabado en coma o de que iba a morir joven, era algo tan evidente como la marca su frente, el asunto era cuando.
Entonces pensé que había llegado el día.

20070612

Empapado

Ciertamente era extraño. Desde aquella noche en Pamplona hasta ahora que yacía en la habitación contigua no había dejado de sorprenderme. Y las sorpresas no siempre habían sido agradables...no, no siempre. A menudo no nos damos cuenta de cómo son realmente las personas que conocemos, simplemente... o las aceptamos o las rechazamos. Con Gorka esto se cumplia al 100 por cien. Aceptabas a Gorka con todo, con sus brotes violentos, con su ternura escondida y si no, eras su enemigo. Así con éste infantil pero sencillo de entender dogma, funcionaban sus relaciones.
Pero en todo dogma hay un error, y yo era ese error. Yo no aceptaba a Gorka, pero él no me consideraba su enemigo. Puedo decir que no lo quise nunca...pero siempre estuve detras como un maldito perro faldero.
Aquella noche en Pamplona me hubiera gustado hablar con él, preguntarle las mil cuestiones que siempre me habian quemado en el interior. Conocía su pasado, o al menos la descripción de las cosas que hizo en el pasado, pero no lo conocía a él.
Este es un diario de una historia que comenzo aquella noche. Una noche de lluvia en Pamplona.
Es la historia de Gorka, un chaval que se dejo los sesos en un control de la Policía Foral y que ahora descansa en la fría habitación del Hospital...
Un hombre siempre empapado: de agua, de lluvia, de sudor, de sangre...un hombre que nunca estuvo seco y que ahora reposa, roto, quizás esperando que alguien entienda su historia, aunque no apostaria por ello.
Y ese alguien soy yo.